miércoles, 11 de septiembre de 2013

VISITA A LA BASE NAVAL DE ROTA (CÁDIZ)


Gracias a la colaboración del Sargento Daniel Calvo Montero y varios de sus compañeros destinados en la Base Naval de Rota, y a la participación de más de 30 personas pertenecientes a nuestra asociación, el pasado viernes 6 de septiembre resultó un día extraordinario.
Lo más complicado en este tipo de actividades, y las personas que se movilizan para ello en nuestras entidades lo saben, es conseguir que un buen número de socios y socias, así como sus familiares y amigos/as se decidan a participar, porque hay que cuadrar tiempos, los horarios de los que están de vacaciones con los que ya no saben dónde quedaron las suyas; los que necesitan que alguien les acompañe, con los que van por libre; los que a última hora por un motivo u otro no pueden venir y los que se apuntan a última hora…, ya que a todo esto hay que añadir que cada persona procede de una parte distinta de nuestra Andalucía.
 
En fin, al margen de todo este lío la jornada resultó excelente.

Una vez conseguidos los permisos y entregada la documentación exigida por el personal de la Base, todo fue coser y cantar. Nuestro compañero el Sargento Daniel Calvo y su esposa, que también forma parte del cuerpo militar en Rota, nos acompañaron en todo momento durante la visita.
 
La primera parada fue la “Flotilla de Aeronaves”. A pie, y bajo una escolta de varios soldados que se preocupaban de nuestra seguridad, pudimos ver muy de cerca tres hangares con distintos tipos de aviones y helicópteros de salvamento.

Las preguntas que se repetían eran: ¿qué velocidad alcanza este avión?, ¿a qué altura puede llegar?, ¿me puedo subir?...

Grandes y pequeños aprovecharon la oportunidad para subirse a los helicópteros y conocerlos al detalle gracias a las explicaciones de los oficiales que tuvieron la amabilidad de recibirnos.

Pasada más de una hora de la primera parte de la visita, hicimos un recorrido en los coches por la Base hasta llegar al Puerto donde se encontraba la Fragata “Reina Sofía”. La accesibilidad a la nave, siempre obsesión de nuestros desvelos, fue imposible, pero esta vez totalmente justificada. Nos explicaba nuestro guía que la forma y disposición de las puertas que separan las distintas estancias de la nave están diseñadas, entre otras cosas para evitar que la entrada de agua en una de ellas inunde al resto.
Las fotos y la ilusión por esta experiencia sustituyeron los posibles contratiempos. Pudimos conocer las naves de cerca y poner cara a los pilotos de esos aviones y barcos que alguna vez vemos a lo lejos y que esta vez se rieron y disfrutaron con nuestra visita.

Para finalizar y como en cualquier actividad que se precie, sello de nuestra asociación, no pudo faltar el almuerzo y la buena compañía, con paseo por Sanlucar de Barrameda de postre.

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